domingo, 17 de marzo de 2013

El despertar de Kundalini de Janet Hardy



Acabo de leer un artículo que me ha dejado muy impresionado. Hay muchas cosas en él que me resultan lo suficientemente familiares para saber que lo que dice debe ser cierto. Por otro lado, conozco a Janet Hardy y Jossie Easton desde hace tiempo por sus libros. Son unas expertas en BDSM y poliamor; han explorado estos temas muy a fondo, son unas auténticas pioneras en esos campos. También han explorado la relación entre sadomasoquismo y espiritualidad. El resultado fue su último libro “Radical Ecstasy” y la increíble experiencia que Janet Hardy relata en este artículo en www.Salon.com. Aquí está el enlace…

 
A los que podáis leer en inglés, os aconsejo que lo leáis con calma. Para los que no sepáis inglés, y dado que éste es un blog en español, hago a continuación una traducción de los pasajes más importantes.
Durante casi dos décadas, mi vida social, sexual y filosófica ha girado en torno a la subcultura conocida como S/M, BDSM o “leather”. Pasaba cada fin de semana y muchas noches entresemana en fiestas en calabozos y grupos de discusión sobre S/M. (…) Escribí y publiqué libros sobre eso. Confiaba en su choque inigualable de excitación, endorfinas y adrenalina para sobrepasar mi mal humor, síndromes menstruales, bloqueos de creatividad y cualquier otra cosa que me deprimía. (…)


Se terminó. No con un gemido - el desgaste gradual que mucha gente en el mundo S/M experimenta cuando la edad y las relaciones le quitan el filo al deseo - sino con una explosión.

Mi coautora Dossie Easton y yo estábamos trabajando en un libro titulado “Radical Ecstasy”, delineando lo que se conoce en el mundo S/M como “espiritualidad”: el estado de trascendencia, éxtasis y conexión profunda que puede ocurrir durante y después una buena sesión de S/M. (…) En el espíritu de investigación, añadimos Tantra y otras prácticas quasi-religiosas a la mezcla y también recibimos clases en esas cosas. (…)

Cuando nos aproximábamos al final de nuestro trabajo empecé a deteriorarme un poco. Mi vida social se marchitaba y moría; lloraba por cualquier cosa o sin razón alguna. Por lo visto, algo dentro de mí empezaba a salir a la superficie. 


Entonces, en un taller de fin de semana sobre el Tantra, por fin ocurrió. Estábamos practicando respiraciones, contacto ocular, movimientos, visualizaciones y ejercicios de terapia con diferentes parejas durante día y medio. (…) Cada ejercicio pelaba una capa protectora más, así que estábamos todas completamente abiertas y temblando, desnudas como ostras, tan vulnerable como puedas estarlo en compañía de extraños.


Para el último ejercicio, en esa tarde templada de domingo, nos juntamos de nuevo con los compañeros con los que habíamos venido a la clase - en mi caso, Dossie. No había nada de particular en este ejercicio. Estábamos en “yabyum” - la posición tántrica en la que te sientas en el regazo del otro con las piernas enroscadas en torno a su cuerpo y nuestro cuerpos alineados corazón con corazón, ojos con ojos - y estábamos respirando y ondulando las caderas. (…) Y entonces, lo que fuera que había estado dentro de mí decidió salir.


Empecé a gritar, y seguí gritando. Me eché hacia atrás, me arqueé sobre el suelo, sujeta tan solo por la parte de arriba de mi cabeza y la planta de mis pies (con Dossie, atrapada, cabalgando sobre mí en el aire). Estaba completamente fuera de control, mi cuerpo recorrido por una ola tras otra de energía. (…) Era como el mayor éxtasis que he sentido nunca, como un orgasmo multiplicado por cien, desde la punta de mis cabellos a la uñas de mis pies. No recordaba qué hacer para para parar. Pensé que me iba a morir. (…)

Cuando terminó, me reí suavemente, maravillada. Y entonces, sin transición alguna, empecé a llorar. Lloré mucho, mucho tiempo.


Desde entonces he aprendido que lo que me pasó se llama un “despertar de kundalini” (o “crisis de kundalini” o “emergencia espiritual”). Muchos tantrikas y otros practicantes de la meditación consideran esta experiencia como muy deseable, un importante paso en el sendero espiritual. Unos pocos me advirtieron que puede ser terrorífico y cambiar tu vida, y que puede ocasionar síntomas que incluyen estados de trance impredecibles, vértigo, dolores de espalda y de cuello, cambios en el deseo sexual, etc. (He tenido todo eso, y más). 


Nunca he oído que en un cursillo de Tantra le adviertan a los principiantes como yo sobre el despertar de la kundalinin, porque es algo que no le suele pasara a los principiantes. Dado que el Tantra es tradicionalmente hostil hacia el S/M y otros caminos de sexualidad alternativa, quizás los tantrikas no tienen forma de saber que muchos practicantes avanzados del S/M están  de hecho muy avanzados en el camino que ellos enseñan. El S/M te enseña cómo encontrar placer en sensaciones de origen no genital y cómo apañártelas cuando las sensaciones y las emociones parecen insoportables - dos cosas que, creo yo, son maneras de abrir las compuertas a los orgasmos de cuerpo entero. (…)


Verás, yo no creo en la kundalini, al menos no de la manera en la creen los devotos. Acudí al Tantra porque estaba escribiendo un libro y quería aprender lo que saben los del Tantra. Y, después de mi primer orgasmo de cuerpo entero durante un taller introductorio de dos horas, descubrí que saben mucho - pero que encuadran ese conocimiento en un halo místico y abstracto pseudo-Oriental que no tiene ningún sentido para mí y no encaja en cómo pienso que funciona el mundo. La gente del Tantra cree que el kundalini es una manifestación de lo Divino, una energía que impregna el universo o una “fuerza que yace enroscada en la base de la espina dorsal” (lo que sea que eso signifique). Yo creo que es una simple energía física como la electricidad, o quizás un fenómeno neuroquímico, que todavía no podemos medir por carecer de instrumentos adecuados. (...)


Acabamos el libro. Se publicó en el 2004, y escribo esto en el 2013. Me ha llevado todo ese tiempo el ser capaz de contarle mis experiencias a cualquiera excepto mis más íntimas amigas. Puedo contar con los dedos de la mano las veces que he hecho algo sexual desde entonces. Quizás te alegre saber que estoy considerando la posibilidad de practicar el sexo otra vez este año.

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